El voto electrónico se hizo para los gobiernos

Por: El Tribuno

El sistema de «voto electrónico» es un sistema preparado para hacer fraude, ya que cuenta con dispositivos electrónicos que pueden ser modificados durante el acto electoral sin que ni las autoridades de mesa ni los votantes puedan detectarlo.

Holanda, que fue la pionera en utilizar el voto electrónico, lo eliminó porque es absolutamente vulnerable y deja espacios para que gane el oficialismo de turno, ya que el Estado pierde el control del trámite y todo queda al arbitrio de la empresa operadora y de los funcionarios que son parte en el comicio.

Irlanda gastó 50 millones de euros en la compra de estos equipos que nunca fueron utilizados. El ejemplo mas claro de la vulnerabilidad del voto electrónico fue comprobado por un hacker de 19 años apodado «Rangel» de Brasil que ingresó a la intranet del Tribunal Electoral de Brasil y modificó los datos electorales sin que ninguno de los presentes pudiera detectar cómo lo hizo.

El sistema no es transparente.
Quienes participaron de las elecciones de 2013 en Venezuela tienen la certeza de que el oficialismo le «birló» el 12 por ciento de los votos a Henrique Capriles y de ese modo permitió la elección del déspota Nicolás Maduro.

Difícilmente podamos encontrar alguna creación humana menos transparente que un sistema electoral informático. Los que lo instalan lo hacen en beneficio propio. Este es un párrafo de la opinión de Richard Stallman, uno de los fundadores del Movimiento del software libre, muy crítico con este sistema de votación por la ausencia de seguridad del voto: «Votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude».

La computadora ejecuta un programa y el programa puede ser cambiado o reemplazado. Puede ser reemplazado temporalmente durante la elección por otro diseñado para dar totales falsos. Ningún estudio del programa que debería correr puede asegurar que otro programa no actúe mal.

La votación es una actividad especial porque normalmente el votante no puede averiguar, según los totales, que su voto ha sido contado correctamente.

No podemos dar por supuesto que el fabricante es honesto, ni que la autoridad electoral es honesta, ni que los dos no conspiran juntos. El sistema electoral no puede dejar el menor margen de dudas. Esto es absolutamente imposible con una computadora, según Stallman.

Muchos activistas de software libre piensan que usarlo en la máquina de votación asegura una elección honesta. Usar software privativo es malo aquí, como siempre: el fabricante podría diseñarlo a sus anchas para fraude. Pero ser libre no basta, porque luego la autoridad electoral podría hacer el fraude. El único sistema de confianza es votar con papel.

Sergio Angelini, quien figura como gerente de la empresa Magic Software Argentina dijo que es «imposible» que en Salta haya existido fraude con sus máquinas de voto electrónico. ­Fallaron 300 solamente en Salta capital!; las sacaban y las cambiaban por otra o venía un técnico con el dispositivo y lo cambiaba, sin siquiera permitir que las autoridades de mesa verificaran lo que hacía.

Quizá el citado Angelini desconozca cómo se cambiaban urnas en la Década infame. Ellos hacen exactamente lo mismo. Para creer en un sistema este debe dar garantías.

En nuestra provincia se impuso este sistema que deja cada vez más dudas sobre su funcionamiento. Ya se gastaron 144 millones de pesos y las fallas son innumerables.
Los países que lo descartaron saben por qué lo hicieron.